lunes, 12 de noviembre de 2018

Dormir bien los fines de semana puede ser clave para no padecer ansiedad, según la ciencia

La relación entre la falta de sueño y la ansiedad se hace evidente en los estudios presentados en la conferencia anual de Neurociencia 2018. Así, dormir bien los fines de semana puede equilibrar aspectos negativos de la rutina y ser clave para no padecer ansiedad.
Según diversos estudios presentados en la conferencia anual de Neurociencia 2018 celebrada en San Diego (California), la ansiedad y la falta de sueño están relacionadas de forma evidente, pero dormir bien los fines de semana puede ser clave para no padecer ansiedad, aunque lo más recomendable es dormir bien durante toda la semana.
En el evento se discutió sobre la investigación de los roles del sueño para consolidar la memoria, así como sobre la eliminación de basura en el tejido cerebral.
También este año se ha demostrado que la siestas realizadas de forma correcta facilitan la consolidación de información en el cerebro, y mejora la accesibilidad a la misma cuando la necesitamos, ya que si no dormimos, no puede haber memoria.
Además, mientras dormimos nuestro cerebro transporta toxinas fuera del tejido neutral a través de un sistema de eliminación de basura, el cual puede depender directamente del sueño para funcionar de forma correcta.
Las enfermedades degenerativas como el Alzheimer y la acumulación de toxinas en el tejido cerebral tienen un fuerte vínculo, y es posible que la falta de sueñotenga la culpa.
En cuanto a las amenazas de la privación del sueño, un tema de las sesiones del evento, la ansiedad se encuentra en los primeros puestos.
El moderador de esta sesión Cliffor Saper, PhD de la Escuela de Medicina de Harvard, afirma que la falta de sueño no es lo que normalmente pensamos que es, es decir, no significa estar sin dormir 40 horas seguidas, sino ir perdiendo horas de sueño cada día.
Saper dijo que la mayoría de privaciones de sueño son en realidad privaciones de sueño REM, es decir, los periodos de sueño donde el cuerpo se relaja más mientras el cerebro se vuelve más activo.
Es decir, durante un ciclo normal de sueño las personas normalmente pasan un 20% del tiempo en sueño REM, pero el sueño interrumpido hace que el ciclo se rompa, y esto provoca consecuencias para la memoria, el sistema nervioso y el inmunológico.
En el estudio, se evidencia que la actividad cerebral después de los periodos de privación del sueño indican ansiedad, es decir, la amígdala que se encarga de la respuesta de lucha o huida del cerebro se excita todavía más cuando no hemos dormimos el tiempo necesario.
Incluso las personas que tan solo habían tenido falta de sueño leve presentaban más actividad en las regiones del cerebro que generan emociones y menos en las que lo regulan, lo cual provoca ansiedad.
Por eso muchas personas que padecen ansiedad en numerosas ocasiones tienen explosiones al levantarse o a primera hora de la mañana. Es decir, la falta de sueño desencadena picos en las hormonas del estrés como el cortisol, y esto provoca la ansiedad desde temprano.

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