Ayer conocimos por fin al Porsche Taycan, un coche eléctrico que es una bestia con hasta 750 CV de potencia y 1.050 Nm de par motor que abate el 0-100 km/h en 2,8 segundos.
No sólo sus cifras son impresionantes, también lo es su nivel de acabados y la percepción de calidad que desborda. Ahora su reto está en convertirse en la referencia, en el primer coche que agite el árbol en el que Tesla se ha encaramado desde hace algunos años y, de paso, haga a los compradores de coches a mirar con otros ojos a los vehículos eléctricos.
Porsche Taycan: planteamiento innovador, filosofía tradicional
Ha pasado mucho tiempo desde que Porsche abrió el melón de los coches eléctricos. Concretamente fue en 2015 cuando el fabricante alemán deslumbró al mundo de la automoción con el prototipo denominado Mission E y que, debido a la enorme acogida que levantó, no tuvo más remedio que doblegarse ante un mercado que estaba aclamando una versión de producción.
Cuatro años más tarde hemos podido acudir a la premiere mundial que se ha celebrado en tres ubicaciones de manera simultánea (Alemania, China y Canadá), un evento megalómano en el que Porsche nos ha dejado ver, sentir y tocar a su primer coche eléctrico de la era moderna. Y sí, es todo un Porsche.
Del Mission E la estética fue un punto extensamente alabado. Lo normal es que en el viaje de un coche entre su fase de prototipo y el modelo de producción definitivo haya muchas diferencias, suavizando el concepto. En este caso no ha sido así y el Porsche Taycan es un coche extremadamente atractivo, guardando ese halo místico envuelto en un traje de color blanco inmaculado.
Junto con este reto, el de mantener el atractivo de un prototipo visto cuatro años atrás, Porsche también se ha enfrentado a una cuestión aún más fundamental para una marca tradicional. ¿Podrían crear un coche totalmente distinto a su línea de producto con una estética que a primera vista resultase identificable con la marca?
Sí. La respuesta es un rotundo sí. Si en foto el Taycan es un coche atractivo, en persona sus líneas cobran todo el sentido que deben tener y nos encontramos ante un diseño armonioso, sin estridencias, elegante y agresivo a partes iguales. Una filosofía muy Porsche repleta de guiños a su historia y, sobre todo, a su modelo más emblemático, el Porsche 911.
Así, del deportivo de la casa, el Taycan toma rasgos distintivos como la caída del techo (denominada fly line por la marca), los pilotos traseros unidos por una tira LED horizontal, la curva continua de las ventanillas, las nervaduras longitudinales del capó o el propio marco de las ventanillas con efecto tridimensional evocan la tradición del diseño de Porsche.
La disrrupción de Múnich
Más allá de los guiños de este nuevo coche eléctrico al pasado hay otros elementos en los que el Porsche Taycan marca distancias. Este coche de cuatro puertas y cuatro plazas es una suerte de mix entre un Porsche 911 y un Porsche Panamera, y es virtualmente tan largo como un Tesla Model S(4,96 m para el Porsche y 4,97 m para el Tesla).
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